Historia de la playa de Solastranden

Hotel de Solastrand, hacia 1960.
Foto: Sociedad Histórica de Sola

Cuatro son las características que describen la historia reciente de Solastranden: arena arrastrada por el viento, turismo, aeropuerto y guerra. A pesar de la progresiva degradación que ha ido experimentando a lo largo de los últimos 100 años, este espectacular paisaje aún conserva intactas las dunas de arena y las magníficas vistas que, año tras año, atraen a miles de turistas.

Un hotel de nueve vidas

El primer hotel de Solastranden, llamado Nordsjøbadet, se inauguró en 1915. En 1929, el establecimiento fue adquirido por Axel Lund, un ciudadano danés que, junto con su esposa Ellen, amplió el hotel y decoró el interior de los edificios nuevos con elementos navales. El 9 de abril de 1940, el hotel fue ocupado por el ejército alemán, en cuyo poder permaneció hasta 1946. En 1952, la Escuela Superior de Hostelería de Noruega se trasladó a Sola, que fue la encargada de gestionar el establecimiento hasta 1967. Tras un bache económico de varios años, a principios de los años 2000 se realizaron importantes inversiones para ampliar las salas de conferencia y aumentar su capacidad.

Nordsjøbadet, en 1920.
Foto: Sociedad Histórica de Sola

Dunas de Arena en Solakrossen

Los paisajes que rodean Sola y Jæren fueron los primeros en emerger tras la retirada de los glaciares hace más de 10 000 años. En aquella época, el mar se extendió hacia el interior hasta llegar a Solakrossen, donde todavía se pueden ver huellas de dunas de arena. La cálida corriente del Golfo generó en la zona un clima templado y una rica fauna que ofrecía excelentes oportunidades de caza. El primer asentamiento se estableció hace unos 8 500 años en una colina de Solastranden.

Dunas de arena en el bosque situado al lado del ayuntamiento.
Foto: Erik Thoring

El aeropuerto civil más antiguo de Noruega

El 29 de mayo de 1937, el rey Haakon inauguró en Sola el primer aeropuerto civil de Noruega que fue, además, uno de los primeros de Europa con pista de hormigón. Durante la II Guerra Mundial, las fuerzas de ocupación ampliaron las dos pistas del aeropuerto, que pasaron de tener una longitud de 850 y 2 000 m, respectivamente, a 920 y 1 800 m cada una. También construyeron una nueva pista de 1 800 metros de longitud y con orientación Oeste-Este, que hoy limita con Solastranden. Posteriormente, las dos pistas originales fueron sustituidas por una pista de 2 700 m con orientación Norte-Sur. El aeropuerto tiene una terminal de helicópteros que cubre el trayecto a las plataformas petrolíferas del Mar del Norte.

Aeropuerto de Sola en 1937.
Foto: Sociedad Histórica de Sola

«La fortificación de Jæren»

Durante la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas de ocupación alemanas construyeron una gran fortificación para defender los aeropuertos de Sola y Forus, de gran importancia estratégica, de los ataques por tierra y mar. En Solastranden, cerca de Hestabekken, todavía se mantiene en pie un gran búnker de hormigón con un cañón antiaéreo en el tejado, así como restos de posiciones de armas y trincheras. Al lado del hotel se pueden observar restos de esta fortificación.

Búnker en Hestabekken.
Foto: Erik Thoring

Arena arrastrada por el viento

Actualmente, existe un pequeño tramo de la carretera de Nordsjøvegen en el que escasea el elimo arenario (planta herbácea) en las dunas, por lo que el viento suele cubrir la calzada de arena. Hace más de 100 años, este problema era mucho más grave, sobre todo para la agricultura. En 1899, los trabajadores del campo comenzaron a cosechar elimo con semillas importadas desde Dinamarca. Esta práctica se mantuvo durante siete años, y posteriormente se amplió con la plantación de pino negro. Las medidas fueron muy eficaces y se consiguió reducir en gran medida el arrastre de la arena.

Carretera del Mar del Norte.
Foto: Erik Thoring